A veces me siento a pensar, y en lugar de eso empiezo a recordar.
Recuerdo todos los momentos que pasamos juntos, aquellos en los que eramos felices y la pasabamos bien compartiendo nuestro tiempo; cuando vos lograbas sacarme sonrisas sin esfuerzos y hacias que me acostumbrara a sentirte cerca. Con el tiempo ya me conocia tu rostro, tu piel, tu vos y tu forma de hablar, tu risa y sonrisa de memoria. Pero cuando las memorias bonitas terminan, empiezan las inexplicables del por qué se termino todo eso, y del por qué me dejaste.